Lejos del habitual entorno de alto brillo, Mark Riccioni pone al Rolls-Royce Cullinan Black Badge en el punto de mira. Vemos al SUV de lujo en la serie fotográfica titulada «King of the Night» codo con codo con vehículos que a primera vista poco tienen que ver con el mundo de Rolls-Royce. Sin embargo, los coches clásicos visualmente destartalados cuentan con una escena de fans muy animada, no sólo en EE.UU., que apenas pueden disfrutar más que de las miradas atónitas de los demás usuarios de la carretera. ¿Furgonetas en Toledo? Las mejores en furgonetas segunda mano Toledo Crestanevada.
Para el Rolls-Royce Cullinan Black Badge, la presencia de los Rat Rods en las fotos significa que también él debe imponerse primero. Aunque el noble SUV es normalmente el centro de atención indiscutible, en las fotos de Subculture de Mark Riccioni tiene que compartir la atención con otros exóticos. Sin embargo, el Cullinan no se queda atrás ni un segundo y es el indiscutible «Rey de la Noche».
Las fotos se tomaron en Los Ángeles y sus alrededores, y a partir de marzo de 2020 podrán verse en la exposición «King of the Night» del concesionario Rolls-Royce de Beverly Hills. De este modo, el Cullinan contribuirá una vez más a atraer a nuevos clientes a la marca Rolls-Royce y a inspirarles para que compren sus productos. En esta función, desde su lanzamiento al mercado, ha contribuido decisivamente a que la filial británica de lujo del Grupo BMW esté creciendo actualmente de forma masiva y logrando nuevos récords de ventas.
En la versión Black Badge, el Rolls-Royce Cullinan está equipado con un V12 biturbo de BMW aún más potente. 600 CV y 900 Newton metro de par hacen innecesaria la especificación de los tiempos de sprint desde el punto de vista británico: huelga decir que siempre hay potencia «suficiente» disponible.
Marc Riccioni: «Las cosas que nos unen son siempre más poderosas que las que nos dividen, y esta serie es una maravillosa demostración de ello. Elegí cada subcultura porque comparten las filosofías que son fundamentales para crear un Rolls-Royce Black Badge. Desde la obsesiva atención al detalle que se presta a un lowrider y la potencia visceral de un hot rod, hasta la audaz ejecución de las importaciones tuneadas y las personalizaciones a fondo de las motos ‘brat’.»