Síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable, que antes se denominaba «colitis espástica» o «síndrome del intestino irritable», es un trastorno gastrointestinal funcional cuyos síntomas se producen sin que exista ninguna enfermedad detectable o signo de daño en el tubo digestivo. Se trata de una afección muy frecuente que afecta aproximadamente al 10% de la población. La prevalencia es mayor antes de los 50 años, y las mujeres se ven afectadas con el doble de frecuencia que los hombres. El síndrome del intestino irritable es un trastorno crónico que dura mucho tiempo con un patrón fluctuante; los síntomas pueden aparecer y desaparecer. La reagudización de los síntomas suele coincidir con acontecimientos estresantes, tanto físicos (cirugía, infecciones, etc.) como psicológicos (estrés, separación, duelo, etc.).
Sintomatología
La sintomatología se caracteriza por dolor abdominal asociado a estreñimiento y/o diarrea y acompañado de hinchazón o distensión abdominal; puede incluir la presencia de moco blanquecino en las heces y, una vez finalizada la defecación, la sensación de no haber completado la evacuación del intestino. Aunque el síndrome del intestino irritable no causa ningún otro problema de salud, en presencia de todos o algunos de los síntomas mencionados, es importante consultar al médico que, recabando información sobre los síntomas, realizando un examen objetivo y, si es necesario para descartar otras enfermedades, llevando a cabo determinadas pruebas (exámenes hematológicos, examen de heces y/o colonoscopia), determinará el diagnóstico y prescribirá el tratamiento correcto.
Tratamiento
El tratamiento del síndrome del intestino irritable se basa en cambios en la dieta y otros hábitos de vida, el uso de medicamentos, probióticos y terapias mentales como la terapia cognitivo-conductual, la hipnoterapia y las técnicas de relajación.
Diverticulosis colónica
La diverticulosis de colon es bastante frecuente y su prevalencia aumenta con la edad. Es una afección que se produce cuando se forman pequeñas extroversiones de la mucosa y la submucosa (divertículos) que empujan hacia fuera a través de puntos débiles de la pared del colon. Estos divertículos son más frecuentes en la última parte del colon. La mayoría de las personas con diverticulosis nunca presentan síntomas o problemas debidos a esta afección.
Cuando la diverticulosis causa síntomas o problemas, se denomina enfermedad diverticular. Si la diverticulosis provoca síntomas, éstos pueden incluir hinchazón abdominal, estreñimiento o diarrea, calambres o dolor en la parte inferior del abdomen. En presencia de estos síntomas, que también pueden estar causados por otras enfermedades, hay que consultar al médico.
La diverticulosis también puede causar problemas como la hemorragia diverticular, que se manifiesta por la presencia de sangre en las heces debido a la rotura de un pequeño vaso sanguíneo situado dentro de la pared de un divertículo, y la diverticulitis, que también puede dar lugar rápidamente a complicaciones graves y que surge cuando uno o varios divertículos se inflaman, provocando a menudo dolor en la parte inferior izquierda del abdomen. El dolor suele ser intenso y aparece de repente, aunque también puede ser leve y empeorar a lo largo de varios días. La intensidad del dolor puede cambiar con el tiempo. La diverticulitis también puede causar estreñimiento o diarrea, fiebre y escalofríos, náuseas o vómitos.
En el pasado, se creyó durante mucho tiempo que una dieta pobre en fibra era responsable de la aparición de la diverticulosis, pero esta creencia no ha sido confirmada por investigaciones más recientes. Por el contrario, los resultados de los estudios disponibles sugieren que los factores hereditarios pueden desempeñar un papel en la aparición de la diverticulosis. Se ha descubierto que la toma de determinados medicamentos, la falta de ejercicio, la obesidad y el tabaquismo están asociados a la enfermedad diverticular.
La diverticulosis asintomática no requiere ningún tratamiento específico y el médico suele limitarse a hacer recomendaciones sobre la dieta y, en particular, sobre el contenido en fibra de la dieta para evitar el estreñimiento.
Las complicaciones de la diverticulosis requieren un tratamiento rápido que, además de una terapia antibiótica intensiva y la administración de líquidos por vía intravenosa, puede requerir cirugía.
Además del síndrome del intestino irritable y la diverticulosis y sus complicaciones, las enfermedades del colon también incluyen la enfermedad intestinal inflamatoria crónica (enfermedad de Crohn y rectocolitis ulcerosa), la poliposis del colon y los tumores malignos del colon.
Por lo tanto, ante la presencia de sangrado por el ano, sangre en las heces, estreñimiento o diarrea de más de una semana de duración, heces poco espesas, dolor abdominal o pérdida de peso inexplicable, es muy importante consultar al médico.
Además, como el cáncer colorrectal no suele dar síntomas, es fundamental someterse a las pruebas de detección, cuando las ofrezca el sistema público de salud o las prescriba su médico.